La transición hacia la movilidad eléctrica en Colombia, el poder de la regulación y la innovación

  • Los vehículos son responsables del aproximadamente el 78% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
  • Según Greenpeace, en la capital, se estima que el 60% de las emisiones provienen de fuentes móviles, como carros, buses y camiones. Los vehículos particulares, aunque representan solo el 11% de los viajes, son responsables de entre el 40% y el 70% de todas las emisiones de gases contaminantes.

Los últimos años, Colombia ha avanzado en su transición hacia la movilidad eléctrica, impulsada por políticas gubernamentales y el compromiso del país con la reducción de emisiones contaminante, en el marco del Día Mundial sin carro, es importante exponer cómo se encuentra el sector de electromovilidad en el país. Desde la creación de la Ley 1964 de 2019, que promueve la electromovilidad, hasta los esfuerzos recientes para incorporar tecnología más limpia, el país está dando pasos significativos hacia un futuro más sostenible con la transición energética. Sin embargo, desafíos como la infraestructura de recarga y la actualización de motores persisten y son temas prioritarios para alcanzar los objetivos propuestos.

El marco legislativo de la transición energética en Colombia

La Ley 1964 de 2019 estableció los primeros pilares de la transición energética en Colombia, orientada a la movilidad eléctrica. “Esta ley promueve la electromovilidad en un espectro amplio, que abarca desde patinetas y bicicletas hasta vehículos livianos y pesados. El objetivo es dejar atrás los motores de combustión interna que contribuyen en gran medida a las emisiones contaminantes en las ciudades del país,” afirma Diego Pardo, docente e investigador del programa de ingeniería mecánica de la Facultad FIMEB de la Universidad Antonio Nariño (UAN).

Según las últimas cifras del RUNT, el parque automotor del país está conformado por más de 17 millones de vehículos, de los cuales el 60 % son motocicletas, el 39 % vehículos como automóvil, camioneta, camión, bus, buseta y volqueta y el 1 % corresponde a maquinaria, remolques y semirremolques. Estas son cifras muy importantes a analizar, puesto que el tráfico vehicular es responsable de una parte significativa de las emisiones contaminantes en ciudades principales, que corresponden a un 78% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Esta es una de las razones por las que recientemente se  han experimentado niveles críticos de calidad del aire, según reportes de las estaciones de monitoreo ambiental. “Las fuentes móviles tienen una alta responsabilidad en los niveles de contaminación, y esta ley busca acelerar el cambio hacia tecnologías más limpias”, añade Pardo.

Cifras actuales y metas futuras

El plan de transición establece que, para el año 2030, toda la flota vehicular oficial del Estado debe ser 100% eléctrica. Esto incluye patrullas de policía, ambulancias y otros vehículos oficiales. Además, el crecimiento de la venta de vehículos eléctricos ha sido notable, agosto de 2024 ha sido el mes más exitosos en ventas para esta parte del mercado, pues en este último periodo se matricularon 3.656 unidades, para un acumulado total de 24.296 en lo que va del año, indicando un incremento del 42,4 % frente a 2023.

En Bogotá, uno de los epicentros de la transición, se inauguraron recientemente dos estaciones públicas de recarga eléctrica, y más de 195 buses de La Rolita (Operadora distrital de transporte)  ya cuentan con energía eléctrica para su funcionamiento, Pardo señala que “la falta de una red de recarga pública extensa sigue siendo uno de los mayores desafíos que enfrenta el país. En ciudades como Bogotá, estas estaciones aún son escasas, lo que frena el avance de la electromovilidad”.

Tecnología y desafíos para la electromovilidad

Uno de los mayores retos tecnológicos para la industria automotriz es la autonomía de los vehículos eléctricos. Actualmente, los vehículos eléctricos disponibles en Colombia tienen una autonomía promedio de 300 km por carga, pero, “el objetivo es desarrollar baterías de estado sólido que mejoren esta capacidad y reduzcan los tiempos de recarga. Estas baterías están en fase de desarrollo y fabricación en países como China, que lidera la carrera por la electromovilidad global,” menciona Pardo.

Además, la Ley 762 de 2022, que regula la homologación de motores y vehículos que ingresan al país, establece que todos los vehículos nuevos importados deben cumplir con estándares internacionales de emisiones, como los de las normas Euro 5 y Euro 6. “Esta ley es un avance clave, ya que evita la importación de motores obsoletos y contaminantes que no son aceptados en otros mercados internacionales. Sin embargo, su implementación ha tenido implicaciones en los costos, pues la tecnología más limpia tiende a ser más costosa,” señala el experto.

El rol de los combustibles y la conciencia ambiental

La calidad de los combustibles ha sido un tema controversial en el país, con mitos sobre su baja calidad. Sin embargo, Pardo desmiente estas afirmaciones: “Ecopetrol ha estado proveyendo combustibles de alto estándar internacional desde hace varios años, eliminando componentes nocivos como el plomo y el azufre. Esto ha tenido un impacto positivo en la reducción de emisiones”. La mejora en la calidad de los combustibles es fundamental para asegurar que los motores funcionen de manera más limpia y eficiente.

Además de la innovación tecnológica, el cambio comportamental de los colombianos ha sido y seguirá siendo fundamental para la transición energética. El interés de los ciudadanos por la movilidad sostenible ha impulsado no solo la venta de vehículos eléctricos, sino también el uso de bicicletas eléctricas, motocicletas y patinetas. “Las ventas de vehículos eléctricos en Colombia han aumentado mes a mes, y la conciencia medioambiental está llevando a los ciudadanos a buscar opciones de transporte más limpias, rápidas y seguras”, indica Pardo.

Perspectivas a largo plazo, el hidrógeno verde y baterías de estado sólido

La transición energética no solo se limita a los vehículos eléctricos. Los motores impulsados por hidrógeno verde están emergiendo como una alternativa prometedora. Pardo destaca que “Colombia ya cuenta con prototipos de vehículos impulsados por hidrógeno verde, como parte de un proyecto que involucra al SITP y el operador público La Rolita en Bogotá. Estos desarrollos colocan al país en una posición competitiva a nivel internacional «. A largo plazo, los expertos creen que la industria automotriz se verá dividida entre tecnologías basadas en baterías de estado sólido y motores de hidrógeno verde. Aunque estas tecnologías aún enfrentan retos como su alto costo, Pardo enfatiza que “ambas representan el futuro de la movilidad sostenible en Colombia y el mundo. El gran desafío será hacerlas accesibles y viables económicamente para el mercado masivo”.

Colombia ha dado pasos importantes hacia la movilidad eléctrica y la reducción de emisiones contaminantes, pero aún enfrenta desafíos significativos. La falta de infraestructura de recarga pública y la necesidad de actualizar el parque automotor son obstáculos que deben superarse para alcanzar las metas propuestas para 2030.“La transición energética en Colombia es un camino que estamos recorriendo, pero que aún requiere de esfuerzos conjuntos entre el gobierno, la industria y la ciudadanía para lograr un impacto real y sostenible en el medio ambiente”, concluye Pardo.

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