Opel, la automotriz alemana con más de 160 años de historia, celebra su cuarto aniversario en Colombia destacando a esos modelos que consolidaron a la marca en el país.
Siempre adelantados en tecnología, diseño y accesibilidad, estos Opel abrieron el camino para que hoy Mokka, Grandland, Crossland, Rocks-e y Combo sean reconocidos en todo el territorio nacional como una alternativa dinámica, disruptiva y vanguardista de movilidad con sello alemán.
Con el emblema del rayo
La historia de Opel en Colombia ha sido intermitente, pero también ha estado marcada por la presencia de modelos memorables que comenzaron a asomarse bajo el escudo de la marca durante los años 30. Este logo, que fue evolucionando desde el ícono de un dirigible hasta el rayo que hoy conocemos, fue el emblema que acompañó a modelos como el Olympia y el Kadett a su llegada a Colombia.
- Lea también: Renault Boreal: el nuevo suv icónico, elegante y tecnológico de Renault en el escenario internacional
De hecho, el Opel Olympia es uno de los más recordados por su solidez y sofisticación. Tenía un motor de 1.3 L, 24 hp, y una carrocería monocasco de acero que rompió paradigmas. Ya en 1939, Leónidas Lara e hijos lo vendían en el país como uno de los pocos vehículos europeos que llegaban en ese momento, pero también circuló una generación posterior, en los 50, fabricada al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Como dato curioso destaca el hecho de que el Olympia, exactamente el número 500.000 fue el primer automóvil en cruzar el Atlántico hacia Sudamérica en dirigible. En 1936 este ejemplar de leyenda surcó los cielos desde Alemania hasta Brasil.
A mediados de los 60 llegó a Colombia el Kadett, uno de los Opel más populares de la historia. Compacto, joven y ágil dio inicio a una era sólida para la marca, convirtiéndose en el símbolo del milagro alemán. En Colombia gozó de la preferencia familiar que tenía en Europa, pero además fue muy utilizado en rallys gracias a su capacidad dinámica y sus bajos costos de mantenimiento. El Kadett A, ligero y versátil, tenía un motor de 993 cc y 40 hp, habitáculo y baúl espaciosos y, como novedad para la época, un tapón para el depósito de combustible ubicado en el exterior. La siguiente generación fue el Kadett B, distinguido por ser más amplio, poderoso y con líneas de diseño actualizadas.
Rápido, carismático y rebelde, el emblemático Opel Manta también se paseó por nuestro país, aunque de una manera más exclusiva. Producto de la importación directa, solo algunos privilegiados disfrutaron de su elegancia sport a principios de los años 70. Diseñado al estilo pony car para expresar carácter e individualidad, debe su nombre a las mantarrayas porque “en aquella época los nombres de animales eran sinónimo de moda”, comentó en una ocasión George Gallion, quien en ese entonces era director de diseño de Opel. El fascinante Manta fue fabricado en sus inicios con un motor 1.2 L de 90 hp.
Los enmascarados
También hicieron historia en Colombia otros Opel, pero como superhéroes enmascarados; es decir, que circularon bajo otras marcas en respuesta a una estrategia de mercadeo regional, como los modelos Chevette, Monza, Astra y los inolvidables Corsa y Zafira.
El Corsa fue todo un suceso, entre otras cosas, porque hizo más asequible la tecnología alemana para los colombianos. A mediados de los 90 brindaba una alternativa de movilidad jovial y audaz, con un motor 1.6 L, de conducción muy sencilla, pero llena de innovaciones propias del segmento premium. Múltiples versiones y distintas generaciones de este vehículo lo convirtieron en héroe indiscutible entre estudiantes, trabajadores y familias jóvenes. Hoy se siente su huella en todos los rincones del país ya que fue uno de los vehículos más vendidos durante 10 años.
En 2002 llegó el Zafira, una camioneta familiar compacta que atrapó la atención de los colombianos con un diseño de 7 puestos, llamado Flex7, que cambió los paradigmas de versatilidad en almacenamiento. Permitía, como novedad, plegar la última fila de asientos para ampliar la capacidad del baúl. Flexible y urbana, se adaptaba a todos los retos, ofreciendo confort y dinamismo tanto para el esparcimiento como para los negocios con un motor 2.0 L. Zafira tenía, además, el mejor rendimiento aerodinámico de su segmento.
Tras 53 años fuera del mercado nacional, sin presencia formal como marca, Opel regresó a Colombia en 2021 con la representación exclusiva de Astara, distribuidor de Fiat, Dodge, Hyundai, Jeep®, JMC, Peugeot, Ram, Volvo y Zeekr. La nueva operación inició comercializando modelos emblemáticos de la nueva era de Opel en Europa, como los Crossland, Grandland y Vivaro.
Con cobertura del 80% en el país y presencia en 10 de las ciudades principales, Opel continúa consolidando su historia local con modelos de diseño minimalista, prácticos y asequibles; tecnología de última generación enfocada a la sostenibilidad, y garantía alemana. Próximamente anunciará la llegada de modelos vanguardistas, auténticos e irreverentes, que atraparán la atención a su paso y se convertirán en iconos que transformarán la movilidad.
Hoy, recordando el valor de aquellos modelos que triunfaron como superhéroes del asfalto colombiano, salvando el pasado y construyendo el presente, tal como lo hicieron Olympia, Kadett, Manta, Corsa y Zafira. Opel demuestra que el mañana siempre ha sido y será una constante poderosa de inspiración e innovación.