Uno de los mayores retos ambientales en la actualidad es la gestión adecuada de los residuos. Entre ellos, los aceites lubricantes usados y las baterías en desuso representan un riesgo significativo para la salud y el medio ambiente. Cuando no se tratan de manera correcta, liberan sustancias tóxicas que contaminan el agua, el aire y el suelo.
Aceites lubricantes usados
Los aceites lubricantes usados contienen contaminantes como partículas metálicas producto del desgaste de piezas, residuos de combustible, productos de oxidación (ácidos), aditivos degradados (compuestos de zinc, fósforo y calcio) y metales pesados como cromo, cadmio y plomo.
Impacto ambiental
El desecho inadecuado de estos aceites provoca contaminación del suelo, agua y aire. Estas sustancias pueden causar infertilidad en los suelos, dañar la biodiversidad, envenenar fuentes de agua potable y liberar gases peligrosos al ser quemadas.
Procesos de reciclaje
En Colombia, la recolección y gestión de aceites lubricantes usados incluye:
- Recolección y almacenamiento: se drena el aceite de las máquinas y se deposita en recipientes adecuados, siguiendo protocolos para evitar fugas y derrames.
- Re-refinación o conversión en combustible: se transforma el aceite usado en aceite base para nuevos lubricantes mediante técnicas como extracción con solventes o destilación.
- En la extracción con solventes (butanol, isopropanol, metil-etil-cetona) se eliminan contaminantes.
- El aceite se calienta para retirar agua y solventes, y se aplican absorbentes para remover lodos y residuos.
- Finalmente, se realizan pruebas de viscosidad y análisis de metales.
- En la extracción con solventes (butanol, isopropanol, metil-etil-cetona) se eliminan contaminantes.
- Uso como combustible: tras un tratamiento previo, puede emplearse como combustible en hornos y calderas.
Normativas y regulaciones
En Colombia, la Resolución 1446 de 2005 y la Resolución 2238 de 2023 establecen los procedimientos de gestión del aceite usado. Además, para su manejo se requiere contar con licencia ambiental expedida por la autoridad competente.

Baterías en desuso
Las baterías en desuso, compuestas por plomo, ácido sulfúrico y plástico, son residuos peligrosos si no se gestionan correctamente.
Tipos de baterías
- Plomo-ácido: usadas en vehículos.
- Níquel-cadmio: equipos electrónicos antiguos.
- Ion-litio: dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos.
Impacto ambiental
- Contaminan el agua, los suelos y la cadena alimenticia.
- Liberan sustancias tóxicas que afectan la salud humana.
- Mal dispuestas, pueden generar incendios.
Procesos de reciclaje
- Precauciones: no manipularlas, no voltearlas ni retirar las tapas para evitar contacto con el ácido.
- Entrega: deben llevarse a talleres, distribuidores o puntos de venta autorizados.
- Aprovechamiento: la recuperación de plomo, plástico y ácido permite fabricar nuevas baterías y reduce la extracción de recursos naturales.

Beneficios del reciclaje
- Reducción de la contaminación: evita la liberación de sustancias tóxicas al ambiente.
- Ahorro de recursos naturales: disminuye la necesidad de extraer petróleo y minerales.
- Contribución al clima: reduce emisiones de gases de efecto invernadero al requerir menos energía que la producción desde cero.
- Oportunidades económicas: genera empleos en la recolección, tratamiento y reutilización de estos residuos.
Retos y desafíos
Falta de información ciudadana: gran parte de la población desconoce los riesgos de desechar estos residuos de forma incorrecta.
Infraestructura insuficiente: los puntos de recolección son escasos y suelen estar concentrados en las ciudades principales.
Altos costos tecnológicos: los procesos de reciclaje requieren equipos especializados que no siempre resultan rentables.
Débil aplicación normativa: aunque existen regulaciones, no siempre se cumplen debido a la falta de control y seguimiento de las autoridades.
El reciclaje de aceites lubricantes y baterías es una responsabilidad compartida entre ciudadanos, empresas y autoridades. Entregar estos residuos en puntos autorizados, apoyar los programas de recolección y exigir políticas más fuertes son pasos fundamentales para proteger el medio ambiente. Solo con estas acciones se podrá garantizar un futuro más limpio y seguro para las próximas generaciones.