Autopartes en 2025: la resiliencia de un sector clave frente a la transformación tecnológica – ESPECIAL JUNIO 2025

El sector de autopartes en Colombia muestra signos de recuperación, aunque aún enfrenta desafíos como la dependencia de importaciones y la necesidad de modernización.

Durante los primeros meses de 2025, el sector ha registrado un comportamiento positivo. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las ventas reales en febrero crecieron un 5,1 % respecto al mismo mes de 2024, y acumularon un aumento del 7,0 % en el periodo enero-febrero. Aunque estas cifras reflejan una recuperación moderada, su impacto en el comercio minorista total sigue siendo limitado, con una contribución de apenas el 0,2 % y 0,3 %, respectivamente.

Este desempeño contrasta con la fuerte contracción sufrida en 2023, cuando las ventas anuales del sector cayeron un 12,4 %, afectadas por la inflación, el encarecimiento de insumos importados y la desaceleración del consumo interno. La incertidumbre económica y las restricciones logísticas también impactaron negativamente la cadena de suministro, limitando la disponibilidad de productos y elevando los costos operativos para los comerciantes.

En este contexto, los resultados de 2025 reflejan una recuperación gradual, impulsada por una mayor estabilidad de precios, una leve reactivación del crédito y una mejor dinámica en la demanda de mantenimiento vehicular, especialmente en flotas comerciales y transporte público.

Este comportamiento señala una estabilización en la demanda de repuestos, partes, accesorios y lubricantes para vehículos, tras un periodo de incertidumbre económica y fluctuaciones en el mercado automotor. A nivel nominal, las ventas también crecieron, aunque en menor proporción, lo que sugiere estabilidad de precios y un aumento sostenido en los volúmenes de consumo.

La recuperación ha sido particularmente notable en regiones con fuerte presencia industrial y logística, como Antioquia, Santander y Cundinamarca, donde las ventas crecieron a tasas de dos dígitos en febrero de 2025. En contraste, Bogotá registró una caída del 2,3 %, posiblemente asociada a una mayor rotación del parque automotor, restricciones de movilidad o una transición más acelerada hacia tecnologías de transporte alternativo.

El dinamismo del sector también responde al aumento del mantenimiento de vehículos usados, una tendencia fortalecida por la desaceleración en la venta de vehículos nuevos y el encarecimiento del crédito. En este entorno, talleres independientes y pequeños distribuidores han ganado protagonismo, beneficiándose de una demanda sostenida por productos de reposición. No obstante, la fuerte dependencia de insumos importados y los recientes ajustes arancelarios podrían representar retos importantes para mantener los márgenes y la competitividad en los próximos meses.

Divergencia regional: crecimiento en departamentos industriales, caída en Bogotá

El desempeño del sector presenta contrastes regionales marcados. Santander, Antioquia y Cundinamarca lideraron el crecimiento en ventas reales de autopartes en febrero de 2025, con aumentos del 20,8 %, 18,0 % y 12,7 %, respectivamente. Por el contrario, Bogotá, uno de los principales centros económicos del país, experimentó una disminución del 2,3 %, posiblemente vinculada a la saturación del mercado, cambios en políticas de movilidad o sustitución de vehículos tradicionales por alternativas sostenibles.

Estos contrastes reflejan una reconfiguración territorial del consumo y distribución de autopartes, en la que las regiones con fuerte actividad industrial y logística ganan protagonismo, mientras las grandes ciudades enfrentan retos ligados a la transición energética, nuevas normativas de movilidad y cambios en los hábitos de consumo.

La redistribución territorial también está vinculada con la expansión de redes de servicio técnico y talleres especializados en zonas intermedias y periféricas, donde el mantenimiento vehicular sigue siendo una prioridad debido a la menor rotación del parque automotor. En estas áreas, los menores costos operativos y la proximidad a corredores logísticos han mejorado la disponibilidad de productos, fortaleciendo la competitividad frente a mercados urbanos saturados y regulados.

Asimismo, el crecimiento sostenido en departamentos fuera del eje central refleja un cambio estratégico en la distribución de las empresas del sector, que han comenzado a descentralizar sus operaciones para responder de manera más eficiente a la demanda local. Esta descentralización también está relacionada con el auge del comercio electrónico en el canal automotriz, que permite una mayor cobertura geográfica sin necesidad de presencia física intensiva en las capitales.

En este contexto, la evolución del sector dependerá de su capacidad para adaptarse a las condiciones particulares de cada territorio. La diversificación de canales de venta, el fortalecimiento de la logística regional y la inversión en digitalización serán clave para mantener el crecimiento y consolidar una recuperación sostenida, especialmente en un entorno de movilidad cambiante por razones económicas y ambientales.

Empleo en el sector: leve contracción y reestructuración de la fuerza laboral

En materia de empleo, el sector experimentó una leve contracción. En febrero de 2025, el personal ocupado en la venta de partes, autopartes y accesorios para vehículos disminuyó un 0,3 % frente al mismo mes de 2024. Esta caída se atribuye principalmente a la reducción de contrataciones temporales, aunque el personal permanente registró un leve aumento del 0,5 %.

A nivel departamental, se observaron incrementos en la ocupación en Santander (3,2 %), Cundinamarca (1,4 %) y Antioquia (0,3 %), mientras que Bogotá y Atlántico presentaron reducciones del 1,2 % y 1,3 %, respectivamente. Esta dinámica puede estar relacionada con la digitalización del comercio, la automatización de procesos y la racionalización de costos operativos.

Estos datos evidencian una transformación en la estructura laboral, en la que las empresas ajustan sus modelos operativos para responder a un mercado más competitivo y tecnificado. La disminución de personal temporal responde a la necesidad de controlar gastos ante la incertidumbre económica, mientras que el aumento del personal permanente sugiere una apuesta por equipos estables con mayor capacitación técnica. Este cambio está impulsado también por el avance tecnológico en diagnóstico y reparación automotriz, que exige perfiles más especializados y menos mano de obra no calificada o transitoria.

En este contexto, es crucial que las empresas fortalezcan sus estrategias de formación y retención de talento, ya que el nuevo perfil laboral requiere competencias técnicas y adaptabilidad a entornos digitales. La transición hacia una fuerza laboral más calificada no solo busca mejorar la eficiencia operativa, sino también responder a las expectativas de un consumidor más informado y exigente. Por ello, el desarrollo de programas de capacitación continua y alianzas con instituciones educativas se perfila como una inversión clave para asegurar la sostenibilidad del sector a mediano y largo plazo.

Perspectivas: entre crecimiento moderado y retos estructurales

El crecimiento sostenido en las ventas de autopartes en los primeros meses de 2025 indica una relativa buena salud del sector, impulsado por la necesidad constante de mantenimiento del parque automotor y una mayor conciencia sobre su conservación.

Sin embargo, persisten desafíos estructurales, como la alta dependencia de importaciones, los nuevos aranceles sobre productos automotores y los avances tecnológicos ligados al auge de vehículos eléctricos y sistemas de movilidad sostenible. La reactivación económica será fundamental para sostener la recuperación, así como la capacidad de las empresas para adaptarse a una demanda más tecnificada y exigente.

En este escenario, la innovación y la diversificación serán factores determinantes para la sostenibilidad a mediano y largo plazo. Las empresas que incorporen tecnologías digitales en sus procesos logísticos, amplíen su portafolio hacia productos compatibles con vehículos híbridos y eléctricos, y mejoren su capacidad de respuesta en la cadena de suministro, estarán mejor posicionadas para enfrentar los nuevos retos del mercado. Además, fortalecer las alianzas con proveedores nacionales puede reducir la vulnerabilidad frente a la volatilidad del comercio internacional y mitigar los efectos de los aranceles.

Asimismo, la capacitación del talento humano en competencias técnicas y digitales se vuelve esencial para la transformación del sector. En un entorno cada vez más automatizado y orientado hacia soluciones sostenibles, se necesita personal calificado capaz de operar nuevas tecnologías, interpretar datos en tiempo real y ofrecer un servicio postventa especializado. Las alianzas entre gremios, instituciones educativas y el sector privado desempeñarán un papel crucial en la creación de programas de formación pertinentes, que no solo eleven la productividad, sino también mejoren la calidad del empleo en la industria.

Reactivación y crecimiento para 2025

En 2025, uno de los principales retos del sector de autopartes en Colombia será adaptarse a un entorno económico marcado por la incertidumbre global, la inflación y la fluctuación de los costos logísticos e importaciones. Las empresas deberán fortalecer su capacidad de respuesta ante cambios abruptos en la demanda y asegurar la disponibilidad de productos clave sin comprometer la rentabilidad. Para ello, será necesaria una mayor planificación estratégica, inversión en tecnología y diversificación de proveedores para reducir la dependencia de mercados externos.

Otro reto importante será atraer y retener talento humano capacitado en áreas técnicas y digitales, en un contexto donde la automatización y los avances en diagnóstico y reparación de vehículos exigen nuevas competencias. Las compañías deberán no solo captar perfiles especializados, sino también ofrecer programas de formación continua para mantenerse al día con las transformaciones del sector.

Pese a los signos de recuperación, el sector aún enfrenta desafíos estructurales que podrían ralentizar su ritmo de crecimiento. La alta dependencia de insumos importados lo expone a la volatilidad cambiaria, mientras que la competencia con productos de bajo costo provenientes de Asia sigue presionando los márgenes. Aunque el incremento en ventas sugiere una mejora en la actividad económica, aún no se traduce plenamente en una recuperación del empleo o de la inversión, que permanecen por debajo de los niveles prepandemia.

En este contexto, será clave que las políticas públicas promuevan la formalización del mercado, mejoren el acceso al financiamiento y fortalezcan la infraestructura logística, para consolidar una recuperación sostenible.

Digitalización en un mercado dinámico

La digitalización está transformando el sector de autopartes en Colombia al impulsar el comercio electrónico y reducir la dependencia de puntos físicos, lo que permite a las empresas ampliar su cobertura geográfica y llegar a clientes en regiones menos atendidas. Además, la automatización de inventarios y el uso de plataformas digitales para el diagnóstico vehicular mejoran la eficiencia operativa, agilizando procesos y optimizando la gestión de la cadena de suministro.

Este cambio tecnológico también genera nuevas demandas en el talento humano, que debe contar con habilidades en herramientas digitales y diagnóstico avanzado. Por ello, las empresas necesitan invertir en capacitación continua para mantenerse competitivas, especialmente frente a la creciente presencia de vehículos eléctricos y tecnologías emergentes. Asimismo, la digitalización facilita la recopilación y análisis de datos, lo que ayuda a anticipar la demanda y personalizar la oferta.

Sin embargo, la digitalización también intensifica la competencia, ya que los consumidores pueden comparar precios en tiempo real y acceder a plataformas internacionales, aumentando la presión sobre los márgenes de los proveedores locales. En consecuencia, las empresas deben adaptarse rápidamente y las políticas públicas deben apoyar la modernización tecnológica, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que enfrentan mayores retos en esta transición.

El mercado de autopartes se perfila como un termómetro de la resiliencia de la economía colombiana. Aunque muestra crecimiento, este es cauteloso y sujeto a presiones que exigen innovación, eficiencia y visión estratégica. Su evolución evidencia la capacidad del país para adaptarse a los nuevos desafíos de movilidad, sostenibilidad y transformación digital. Como catalizador de empleo calificado, desarrollo regional y modernización industrial, el sector será clave para medir la solidez del crecimiento económico en los próximos años.

En este proceso de reconfiguración, el papel del Estado será fundamental en la formulación de políticas que impulsen la competitividad, fomenten la producción local y promuevan la capacitación técnica. La creación de incentivos para la adopción tecnológica, la facilitación de importaciones estratégicas y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas pueden marcar la diferencia en la consolidación de un ecosistema más sólido, dinámico y menos vulnerable a las fluctuaciones del comercio global.

En definitiva, el desempeño del mercado de autopartes no solo refleja el estado del consumo y la industria automotriz, sino también la capacidad de Colombia para enfrentar los desafíos estructurales y coyunturales del entorno actual.

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